¿Cómo afrontar este segundo reto, con la
variedad de personajes y hechos históricos que han marcado la herstory que
actualmente conocemos?
Es la pregunta que me ha rondado en mi cabeza a lo largo de todo el día y la que me he hecho a la hora de empezar a seleccionar la información que me iba encontrando.
Claro está que existen innumerables hechos
de significativa relevancia histórica sucedidos a favor de la igualdad: voto de
la mujer, descubrimientos científicos, acceso a estudios universitarios,
inclusión en el mundo laboral, en la política, etc... Pero, desde mi punto de
vista, quería encontrar un personaje curioso, revelador, incluso cercano a
todas nosotras que, en algo tan aparentemente banal como la moda, ha plasmado
una reivindicación social feminista sin precedentes.
Me refiero a Coco Chanel, que a principios
del siglo XX revolucionó la vestimenta de la mujer y creó una nueva apariencia
llena de simbolismo y desafío hacia los estereotipos establecidos en el
momento.
En definitivas cuentas, podemos destacar de su invención y de su espíritu revolucionario los siguientes hechos:
Mezcló el vestuario masculino con el femenino, incluyendo en el guardarropa de las mujeres prendas hasta entonces tan extravagantes como los panalones, jerseys de punto, blaycers, el calzado plano o los sombreros; prendas atribuidas exclusivamente a los hombres.
Hasta entonces las mujeres vestían
embutidas en incómodos corsés; ella liberalizó la silueta y adaptó las cómodas
prendas masculinas a las femeninas, utilizando telas de punto, lana,...
agradables al tacto y al movimiento natural de las mujeres.
Popularizó el corte de pelo a lo garçon, no sólo pensando en la
comodidad, sino también en lo socialmente revolucionario que suponía no marcar
la diferencia de género en la apariencia.
Creó ropa para una mujer trabajadora,
prendas cómodas que permitían a la mujer ejercer su profesión con facilidad;
traje sastre de tweet (semejante al traje de chaqueta masculino), tacones
medios o zapatos planos, o su famoso bolso 2.55, que podía colgarse por una
cadena dejando de lado a los incómodos bolsos de mano. Todo ello para ayudar a
la mujer moderna e independiente que empezaba a abrirse paso tímidamente en el
mundo laboral.
Popularizó
el uso de bisutería. Ninguna mujer dependía de ningún hombre para lucir
adornos ya que no eran necesarias las grandes joyas para adornar y
complementar.
El tono bronceado lo convirtió en sinónimo de
modernidad y glamur; y no de ser pobreza o clase trabajadora.
El negro como color de la elegancia. Por entonces
estaba asociado al luto y a las vestimentas de las viudas pero ella lo
elevó a la máxima categoría y lo convirtió en el mejor aliado de millones
de mujeres de todo el mundo.
A continuación os dejo el enlace al documental "Las Guerras de Chanel" en el que nos relata estas innovadoras acciones que Coco Chanel nos dejó como legado y su biografía. Os recomiendo la visualización, ya que para mí se ha tratado de un muy agradable descubrimiento.
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ResponderEliminarMuchas gracias Marga!!
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